El castillo que vuela es mi casa. Un trasto inviable como construido por la imaginación de Leonardo Da Vinci lleno de recovecos, engranajes y poleas, laberintos, sombreros y conejos, sin relojes ni cerrojos. Un universo como suspendido por hilos con una clave mágica para que nadie pueda entrar. Allí vive el hijo amado, acunado por el murmullo del mar lejano.
El castillo que está en el cielo y a estas horas sobrevuela la ciudad, es mi hogar. Allí escribo, monitoreo el mundo, lo analizo y creo otros mundos, mejores, para mi hijo.
Son batallas de guerreros nipones imperiales. Son dragones de fuego y espadas. Son viajeros interestelares como Ziggy Stardust con una guitarra al hombro. Son princesas posmodernas en bosques de asfalto. Son dioses jaguares en la guerra florida. Son hadas vestidas por John Galliano. Son príncipes bellos como mi hijo, cruzando mares, desiertos y montañas cubiertas de nieve las historias que le cuento. Son la noche en un faro al fin del mundo. Son ballenas y lobos marinos guiándolo entre las olas con acordeones y marineros. Son fantasmas subiendo a los funiculares que eleva el viento.
Son cuentos que le cuento para que se duerma tranquilo y olvide por un instante que habita un castillo que está en el aire. No quiero que despierte y se asuste y entonces, vuelta a contarle otro cuento.
Reflexiones acerca de América Latina, ensayos políticos, literarios, noticias y algo de mi narrativa.
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Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002

Mi casa era el viento ululando por Valparaíso,/las luces de Quintero/los perros vagos deambulando por las calles.
En las alturas titeremundanas
John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.
En el bosque titeremundano...
Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi
Grabando en Mérida el programa infantil que dirige Rodrigo Acosta. Un montón de locos creativos con él a la cabeza han dado cuerpo a esta serie televisiva.
En pleno rodaje y con mucho frío.
Un felino porteño

Personaje característico de las calles de Valparaíso, visto por Marcela Latoja.
La ciudad que se deshace lentamente.

Siempre Valparaíso, por Marcela.
Subiendo hacia el Cerro Concepción.

Los colores de la ciudad. By Alex Aguero.
Siempre presente... Allende.

Bajando por Almirante Montt, hacia Plaza Aníbal Pinto. Otra foto de Alex Aguero.
En pleno Almendral, mi escuela.
Escuela Ramón Barros Luco, Valparaíso. Es una construcción que data de 1926 y debe su diseño al arquitecto Alfredo Azancot. Conjuga diversos estilos y aunque ha sido modificada en su interior, aún conserva su misterio, como sus fantasmas, por ejemplo. Quienes estudiamos allí tenemos más de una historia al respecto.
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