viernes, 31 de octubre de 2008

A propósito de un sueño sobre los gemelos que me contó mi hermano


Mi hermano suele contarme sus sueños para que se los interprete, se imagina que yo tengo esa capacidad, aunque quizás eso se deba, más bien, a mis lecturas o a un exceso de fantasía de mi parte. O tal vez sí, es que la intuición femenina es real y a veces tengo razón.

Antes me contó sus sueños con un águila mítica y luego descubrimos que hay un libro del mexicano Castañeda, sobre iniciaciones chamánicas, que refiere sobre el tema. Esa fue una feliz coincidencia. Pero este otro sueño trataba sobre dos bellos gemelos. Así que me puse a investigar al respecto para darle una respuesta.

Existen todo tipo de interpretaciones, desde freudianas y junguianas, que son mis favoritas, hasta las versiones más esotéricas y algunas, francamente, rayan en la charlatanería. Finalmente, opté por recurrir a mis estudios hechos, hace tiempo, sobre mis mitos favoritos, que son los de las culturas precolombinas. Existen tantos y conocemos tan poco acerca de ellos. Así que aquí les cuento al menos este.

Una narración oral que he podido rastrear pertenence a la cultura maya, específicamente a los mayas de las Tierras Bajas de la península de Yucatán. Trata de Yum K´aax (De yum: señor, y k´aax: selva) que habitaba en una caverna. Este personaje es uno de los más mencionados en la literatura oral maya, en Yucatán, se lo venera como el guardián de la selva y de las milpas, protege el maíz y los silos. La historia en cuestión, refiere las aventuras de dos adolescentes, quienes, habiéndose alejado de su hogar, fueron capturados por Yum K´aax, éste, durante los años que los mantuvo en su poder, les enseñó cantos y hechizos para enfrentar los peligros de la selva. Pero los jóvenes, cuando sintieron el deseo de estar con una mujer, huyeron de lado de Yum K´aax, que se había encariñado con ellos. Los buscó por la selva, asustando, a su paso, a todos aquellos que encontraba en su camino. Así, “cuando Hach Ak Yum descubrió lo que pasaba en la tierra y el terror de los Verdaderos Hombres”[1], encerró a Yum K´aax en una caverna donde vive hasta hoy. Por eso, cuando los “Verdaderos Hombres” se acercan a ese lugar, escuchan los gritos de rabia y evitan aproximarse más. Otros seres monstruosos, con cuerpo de jaguar, también fueron encerrados por el Creador, en cavernas, a fin de proteger “de las agresiones de que eran constantes víctimas los “Verdaderos Hombres”.

La narración mítica, nos remite, de esta forma, a relatos similares que aluden a la salida del héroe o de los héroes gemelos de su hogar, la posterior internación en otro espacio, donde se inician en ritos o prácticas sagradas, las que, una vez adquiridas, son llevadas a su comunidad. No obstante, ese aprendizaje requiere del héroe, el sacrificio simbólico, pues debe ausentarse o separarse del hogar por largos períodos.

Así que, después de todo, mi hermano quizás sea un héroe, por todas las empresas que acomete y de las que, siempre ruego a los dioses, salga bien librado.

[1] Marion, M. Op. cit. P. 319

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Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002

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Mi casa era el viento ululando por Valparaíso,/las luces de Quintero/los perros vagos deambulando por las calles.

En las alturas titeremundanas

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John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.

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En el bosque titeremundano...

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Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi

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Grabando en Mérida el programa infantil que dirige Rodrigo Acosta. Un montón de locos creativos con él a la cabeza han dado cuerpo a esta serie televisiva.

En pleno rodaje y con mucho frío.

Un felino porteño

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Personaje característico de las calles de Valparaíso, visto por Marcela Latoja.

La ciudad que se deshace lentamente.

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Subiendo hacia el Cerro Concepción.

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Siempre presente... Allende.

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Bajando por Almirante Montt, hacia Plaza Aníbal Pinto. Otra foto de Alex Aguero.

En pleno Almendral, mi escuela.

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