martes, 14 de agosto de 2012




Gabriel Cheuquepán: Rütrafe mapuche

por Arnaldo Pérez Guerra



Soy rütrafe -como se dice en mapudungun-, platero. Trabajo la plata e intento hacer un rescate de la platería mapuche. Estoy haciendo una investigación, y mi idea es contextualizar este oficio a nuestro tiempo. El rütrafe es un oficio que tenía una posición definida en nuestro pueblo, en la cosmovisión mapuche, y que hoy se ha perdido. La orfebrería, la joyería hoy está siendo solamente un souvenir del pueblo mapuche”, dice Gabriel Cheuquepán Collín.


-¿Por qué quieres rescatar esta tradición?

“Más que rescatar es hacer una cultura viva. Me he dado cuenta que la cultura mapuche ha tenido un estancamiento por culpa de la vida moderna y el proceso de rescate cultural ha sido muy largo. Nos hemos convertido solamente en una ‘expresión’ cultural y no en cultura viva. Por eso intento situar en la vida moderna este oficio, que tenía un contexto espiritual, religioso, en apoyo a la cosmovisión mapuche. Hacer ese ‘rescate’ en términos personales es aprender o redescubrir este oficio y hacerlo vivo, en la vida cotidiana. Y pensando en oficios que no tengan una visión comercial, muy por el contrario, que tengan un apego y respeto con la naturaleza y la cultura mapuche. No hablo de cultura como una expresión más de la gente o un souvenir, sino como una cultura viva y que aún tiene muchas cosas por hacer. Eso es lo que estoy trabajando”.


-¿Investigas cómo hacía artesanía el pueblo mapuche?

“No comparto el término artesanía. Yo hablo de un oficio que tenía asidero en la comunidad, que interpretaba sueños de personas que querían tener joyas y, a través de ellas, mostrar su posición económica y religiosa en el pueblo. Por eso no lo nombro como artesanía sino como un oficio propio de nuestra cultura. Estoy investigando cómo el rütrafe elaboraba joyas y qué significado tenían”.


-¿Qué tipo de joyas se elaboraban?

“Muchas joyas se hacían en términos ceremoniales, dedicadas a las machi, o se hacían porque las machi tenían ciertas revelaciones, y las joyas mostraban y daban cuenta, por lo que he investigado, de esa conexión y poder. Y había también joyas que muestran ciertos periodos históricos de nuestro pueblo. También otras que eran para lucirlas y demostrar una cierta posición económica. Mi rescate va por ir conociendo primero la cantidad de joyas. En esta breve investigación, me he dado cuenta que hay muy pocas piezas que se han rescatado o exhibido. Por ejemplo, sólo se habla de cinco pares de chawai -aros-, que son los que toda la gente copia. Pero hay un montón de piezas en museos, en manos de privados no mapuche que tienen un contenido muy distinto a la razón de ser o el porqué fueron fabricadas esas joyas… Mi rescate va por ahí, mostrar esas joyas, mostrar que no tenemos solamente cinco o seis adornos bonitos, sino que hay todo un contexto, que fueron hechas en diferentes zonas geográficas, que cambiaban de una zona a otra, y también por los conflictos o por las machi que soñaban o tenían revelaciones”.


-¿Cuáles son las joyas mapuche?

“Esta el trarilonko, que es un cintillo metálico que va en la cabeza de la mujer; si es tejido, lo usa el hombre. Los más conocidos son una tira de eslabones con círculos colgando; hay sekil o pectoral, acuchas, trapelacuchas, chawai -que es lo más conocido-, tupu (alfiler), punzón -piezas que sirven para enganchar ikülla- o rebozos, kilkai (joya pectoral) - pieza parecida al trarilonko pero que se usa en el pecho-, y otras, que se hacían a base de metales y de cerámica, que hoy son las menos vistas y sólo se encuentran en museos winka. La joyería comienza la segunda mitad del siglo XIX. Desde ahí se conoce la platería. Hay varias hipótesis que se han investigado. Puede ser que se iniciara por la comercialización e intercambio en la frontera. Muchas de las joyas fueron primero monedas de plata que fueron fundidas y convertidas en piezas. Otras fueron hechas con las monedas sin fundir, como las trapelacuchas y anillos, ahí se puede ver la acuñación de la moneda. Otra forma habría sido la apropiación de la plata a través de malones o saqueos. Esa es una forma de explicar el por qué se conoció y empezó a trabajar la plata. El trabajo era muy distinto a la forma actual. Hoy vas a una tienda comercial y compras los implementos de joyería, inclusive puedes encontrar joyas con motivos mapuche y que están fabricadas en China, en serie, ya que las técnicas antiguas se han perdido. Hay relatos secretos sobre cómo se hacían las joyas que son difíciles de investigar. La mayoría de las investigaciones han sido hechas por personas no mapuche, extranjeros. Existía mucha fundición propia, fraguas artesanales, fuelles, hechos con elementos de la misma naturaleza, ya sea pieles de animales, maderas nobles, moldes en base a barros y arcillas, y dependía de la pieza que se hacía el tipo de molde. Cuando se hacía en barro el molde se usaba una sola vez. Las piezas eran únicas y confeccionadas a cincel. No había ningún tipo de herramienta como las que hoy conocemos. Deben haber usado mucho la arena para pulir, por ejemplo, y hierbas para sacar brillo. Hierbas que eran comunes en las comunidades y que hoy es difícil encontrar debido a la depredación”.



-Tus joyas están siendo exhibidas…

“Sí, y ha sido una gran experiencia. Junto con mi pareja -Lorena- estamos apoyando unas obras de teatro con nuestras joyas. Una obra es del Teatro Escuela Municipal de La Florida, se llama Leftraro: Hombres de la tierra, y la otra, es del Colectivo Artístico Manos a la Obra, Memorial de la Noche. Además, participamos en el encuentro de Teatro Caminante de La Florida, vendiendo joyas mapuche. Cuando estábamos con nuestro puesto, me fui a dar una vuelta por el lugar y la gente decía: ‘Están los mapuches, vamos a verlos’, casi como si fuéramos un museo viviente, como el circo de rarezas que montaron en Francia, exhibiendo a indígenas de América… Eso también es discriminación. Creo que como pueblo debiéramos sacarnos ese estigma, hacer lo nuestro, con orgullo, con nuestra propia cosmovisión… Aparte de la joyería, nosotros preparamos comida, podemos decir que hacemos mapuche yael, o sea, cocina mapuche. De esa manera, acercamos a la población no mapuche a nuestra realidad y demostramos que estamos vivos, que no somos un recuerdo ni solamente una línea de resistencia en la historia, que nuestra defensa de la nación mapuche es porque somos gente que vive hoy, que tiene una forma distinta de ver la vida, la sociedad, la distribución de la riqueza, todo… Pienso que la migración de hoy que llega a Chile es parecida a la migración mapuche de los años ‘50 y ‘60, con la sola diferencia que los peruanos tienen una presencia gastronómica y cultural importante, y que ha repercutido en la sociedad chilena. No solamente han ocupado puestos de trabajo, han intervenido y agregado sabores a la cocina, formas de vida, expresiones culturales. La gran migración del ’50, de mapuche campesinos que se vinieron a la zona central por mejores trabajos, no logró eso. Sólo ocupó espacios de trabajo -según mi parecer-, no espacios culturales. Por supuesto, tenemos contextos históricos muy diferentes. Nosotros fuimos perseguidos, asesinados, y se creó un ejército para combatirnos, con Cornelio Saavedra y Hernán Trizano. Nos trataron de exterminar y, por último, reducirnos a territorios cercados, y en el puelche, en el lado de Argentina, ocurrió lo mismo con la ley maldita que pretendía exterminar la sangre aborigen. No soy hablante mapuche, como muchos de los mapuche urbanos y rurales, por el racismo. Nuestros padres no nos enseñaron nuestra lengua por miedo a que nos discriminaran más de lo que ya hemos sido discriminados. El Estado intentó matar nuestra cultural, nuestra forma de hacer las cosas, de convivir con la naturaleza y otros seres, y no solamente con los seres humanos, sino también con los animales y los seres espirituales o mágicos que existen en nuestra tierra”.


-¿Trabajas solo?

“En la joyería sí, pero mi idea es incluir a un orfebre. En el rescate de nuestro patrimonio de alguna forma me posiciono de lo que está haciendo desde hace mucho tiempo mi hermana menor y su pareja. También se incorpora mi pareja, con la que estamos asumiendo esta tarea y preparando comida mapuche, y lamien que trabajan el telar, profesores y educadores de párvulos. Como te comentaba estamos haciendo muestras de apoyo en presentaciones de teatro, y nos autogestionamos con la venta de comida. Hemos tenido bastante buena aceptación. El público de las obras se ha dado cuenta que nuestros sabores son súper aceptables y podrían ser parte de una sana nutrición diaria”.


-¿En qué consiste la comida que preparas?

“Vendemos comida que no es en base a carne, por un tema de traslado y cadena de frío, y porque queremos decir que no somos sólo carnívoros. Preparamos katutos, que son unos panecillos de trigo; millokín, que es preparado con granos como arvejas, chícharos, lentejas o porotos. También es una manera de rescatar nuestra cultura. Nos hemos dado cuenta que son preparaciones muy parecidas a la comida árabe. Cambian algunas formas de relleno que usamos los mapuche. También hacemos mudai de kinoa y de trigo, una chicha que tiene un proceso de fermentación milenaria. Nosotros la hacemos como un jugo natural, que se puede tomar diariamente, evitando los productos artificiales que nos han impuesto. Te puedes alimentar sano y barato… Y la típica sopaipilla mapuche, con harina y levadura, frita. Lo estamos desarrollando como forma de vida, más que como negocio. Tuve varias experiencias de empresas, la última fue un restaurante. Fue un fracaso porque fuimos un poco porfiados tratando de meter este tipo de comidas en la población chilena, que no tiene la costumbre de probar cosas nuevas, sobre todo cuando son indígenas, pues si hubiese sido comida japonesa hubiésemos hecho furor, pero como son gustos del ‘interior del país’ que han sido siempre discriminados, tuvimos un retroceso… Pero seguimos porfiados”.


-¿Qué proyectos tienes a futuro?

“El Colectivo Artístico Manos a la Obra van a montar Memorial de la Noche, una adaptación del libro de Patricio Manns, que habla del alzamiento mapuche de 1934 en el Alto Bío Bío. Se presentará gratis el sábado 29 y domingo 30 de enero, y el sábado 5 y domingo 6 de febrero, en el Anfiteatro Griego del Parque Juan XXIII, en Ñuñoa. Incluye música, danza, mimodrama, pintura, fotografía y el rescate de la cultura mapuche. Con ellos estamos haciendo la coctelería y la muestra de la joyería, durante todas las funciones nosotros venderemos comida y exhibiremos nuestras joyas. Los actores usarán nuestras joyas en la obra. También esta la posibilidad que una de nuestras joyas, un trarilonko, sea exhibida por una cantante en el próximo Festival de Viña. También participé en el concurso de Talento Artístico de La Florida 2010 y me lo adjudiqué. El proyecto, a grandes rasgos, es hacer una cantidad de piezas, joyas mapuche, y mantener con ellas una muestra itinerante en La Florida. Me encuentro en la etapa de fabricación. Creo que en dos meses tendré ya posibilidades de exhibirlas. También tenemos ideas de hacer muestras y un trabajo de rescate cultural en las áreas de Salud y de Educación en La Florida. Intervenir, por ejemplo, espacios donde la gente va a hacer sus trámites o a atenderse. Mostrar no sólo joyería sino también comida mapuche. Una lamien está trabajando en telar y está interesada en hacer la muestra itinerante con nosotros. De concretizarse, estaríamos visitando policlínicos y consultorios con una muestra de comida, medicina, joyería y telar”.


-Dices que no es sólo algo patrimonial, sino una forma de vida, pero eso se está perdiendo. Algunos mapuches intentan mantener su cultura, otros ni siquiera se reconocen como mapuches…

“Eso pasa por la segregación y discriminación. Recuerdo que cuando niño era duro ser el sospechoso de siempre en los colegios, el indio, el panadero, el que se podía haber robado las cosas… Siempre fuimos discriminados y culpables de algo. Puedes decir, ‘pero son sólo niños’, pero ellos aprenden de sus familias, de los adultos, el racismo. Muchos peñi y lamien no se reconocen como mapuche para protegerse de burlas, del racismo. Pero hoy existe un proceso contrario, muchos se está asumiendo como mapuche, y otros no mapuche asumen una vida que se acerca a la naturaleza, a una espiritualidad distinta, una forma de vida como la mapuche”.


-Que haya mapuches que se preocupan de sus hierbas, de su comida, de sus joyas y telares, de su cosmovisión y cultura, comunidades que cultivan la tierra, es mantener el patrimonio…

“El término comunidad fue acuñado hace muy poco, antes éramos reducciones… y antes un pueblo-nación. En los ‘80 la dictadura mandó parcelar, dio títulos de dominio, esas son las comunidades que hoy existen. Eso agravó la pérdida de la visión y forma de vida mapuche. Hay comunidades que se dieron cuenta que esa fórmula que creó la dictadura ha impedido que sobrevivan. La parcelación ha significado más pobreza que antes. Muchas comunidades están sacando los cercos, la colectivización de las tierras permite el trabajo y la alimentación de las comunidades. También hay mapuche que viven su cultura en las grandes ciudades como Santiago. No se trata sólo de recuperación o resistencia, mapuche es una forma de vida, un territorio, un pueblo-nación, con espiritualidad, historia, educación, idioma -que hoy se está perdiendo-. Nuestras tradiciones son orales. Los relatos se llaman nütram. El epeu es el relato de enseñanzas y leyendas. El weupife mantiene el relato oral, la memoria viva. Tiene una posición dentro de nuestro pueblo, que es mantener la enseñanza y transmitirla. Eso se está perdiendo. Muy poca gente mantiene este oficio, que es un oficio muy importante pues conserva nuestra historia. Estuve un tiempo recorriendo y viviendo en comunidades, y al igual como el pueblo vasco habla de su ‘idioma de cocina’, nosotros también tenemos eso, el ‘idioma de fogón’, que es sentarse entre peñi, escuchar a los mayores, que nos van transmitiendo enseñanzas, historias. Hoy son responsables los mayores, pero no como un oficio, como debería ser. El weupife recogía las enseñanzas transmitidas de generación en generación, traspasaba la memoria del pueblo a través del relato oral: religiosidad, cuentos, costumbres, historia. Era una autoridad. Donde hablaba el weupife era el weupin”.


-¿Los rütrafe eran hombres?

“Por lo que he investigado, eran hombres. Eso se puede deber a la forma de trabajo que se desarrollaba, la cantidad de esfuerzo que se hacía, pues no se usaban las herramientas de precisión con las que hoy se cuenta. Había mucho trabajo con martillos, cinceles, y el calor excesivo de las fraguas. No he llegado a saber de mujeres rütrafe”.

-¿Quieres agregar algo más?

“Que cuando nos vean nos apoyen”.




(*) Más información y contacto en http://retrafechoike.wordpress.com/ 
http://www.flickr.com/photos/retrafechoike/ 
http://retrafe-choike.blogspot.com/






Del portal LIBERACION   http://www.liberacion.cl/mapu_070211.htm

viernes, 3 de agosto de 2012

Valparaiso... puro arte




















A su paso por Valparaiso, Rodrigo Acosta  hizo un registro de las calles, con  imágenes de las coloridas paredes y muros de la ciudad.

Debido al aire salino, que corroe los materiales, los habitantes del puerto suelen recubrir los muros  de sus casas con laminas de zinc o calaminas, las que, con el paso del tiempo adquieren una tonalidad anaranjada que le confiere un sello característico al paisaje urbano.

Esas calaminas, han sido inundadas de color, intervenidas por artistas locales y estudiantes de arte.  En Valparaiso, el arte esta en todas partes.

sábado, 28 de julio de 2012

Coloridos callejones del Puerto






                                                                                          Fotos de Rodrigo Acosta


Un callejón en Valparaiso.


Umbrales 2













Las puertas, los umbrales, las ventanas y vitrinas que nos invitan a entrar en la ciudad de Valparaiso.

Imágenes del recorrido de Rodrigo Acosta por las calles del puerto.

jueves, 26 de julio de 2012

El umbral



Detalle de las hojas de una puerta en una casa de las que todavía quedan en Valparaiso. Imagen captada por Rodrigo Acosta en 2012.

Valparaiso guarda vestigios de su pasado arquitectónico y que, afortunadamente permanecen en pie, a pesar de terremotos, incendios y voracidad de las inmobiliarias, que no vacilan en destruir las joyas arquitectónicas que otorgan identidad a esta ciudad. Tal es el caso de esta casa, con los detalles en sus puertas, que hablan de un pasado señorial.

sábado, 14 de julio de 2012

Mucuchies



Vista de Mucuchies, en el Estado Mérida.


Observatorio LLano El Hato, en Apartaderos.



Mirar hacia las estrellas, o simplemente ver las estrellas se vuelve cada día mas difícil. La iluminación de las ciudades impide ver lo que hay en el cielo, ademas hay que sumar la contaminación atmosférica por lo cual, cada día el aire es menos transparente.
Lo que los antiguos sabios realizaban con observación y paciencia, y la utilización, casi siempre de sus ojos para reconocer, identificar el paso de los astros, conocer sus órbitas, sus periodos, etc resulta imposible para el hombre moderno. 
Sin un telescopio es imposible. En Venezuela contamos con el Observatorio Astronómico Nacional de Llano del Hato comúnmente conocido Astro físico de Mérida o simplemente Observatorio Llano del Hato a 3.600 msnm, lo que lo convierte en uno de los observatorios enclavados a mayor altura del mundo.









viernes, 1 de junio de 2012

Rostros de Antofagasta


En los muros de la ciudad de Antofagasta, en el norte de Chile.

Muros de Antofagasta



Muros de Antofagasta




Estas imágenes fueron tomadas de PORTAL GLEBA un espacio creado en la red por Eric Ramos, ingeniero de sonido y músico, natural de Antofagasta, Chile.

Anduvo por Valparaiso, recogiendo sonidos y texturas para la música que componía,  y animando fiestas electrónicas.

Las fotografías corresponden al lenguaje expresado en los murales dispersos por las calles de la ciudad de Antofagasta, en el norte de Chile.

Explosión de colores, mensajes o denuncia, arte.  

martes, 10 de abril de 2012

EL COLORIDO CARIBE DE MARIANO PICON SALAS




A Natividad Barroso la conocí hace años en Barquisimeto, pues leía fielmente su columna de opinión en el diario El Impulso titulada EROS Y SOCIEDAD. También tuve oportunidad de escuchar sus lúcidas intervenciones en más de algún foro, congreso o evento de carácter cultural que se realizara por entonces en dicha ciudad.


Nacida en Tenerife, pero venezolana por adopción, Natividad Barroso García es Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela, postgrado en Folklorología de la Fundación de Etnomusicología y Folklore, en esa misma casa de estudios y Magíster en Literatura Comparada de la Facultad de Humanidades de la misma universidad. En sus estudios siempre descolló. Ha ejercido la docencia en instituciones de educacion superior y dedicado a la investigación de los temas que más la apasionan: lingüística, literatura, antropología y folklore.

Posee una vasta obra literaria. Narrativa, poesia y ensayo .CUATRO ENSAYOS DESDE LOS CREPUSCULOS (Caracas, Monte Avila, 2004) PROSAS INCOSCIENTES (Barquisimeto, ASELA, 2005) EROS Y SOCIEDAD (Barquisimeto,Ateneo de Barquisimeto 2007). Ha sido antologada y premiada tanto en Venezuela como en diferentes países por su obra, su trayectoria y aporte realizado a la cultura venezolana. Tiene más de 20 obras inéditas.

La reencontré tiempo después en una Feria del Libro efectuada en la ciudad de San Felipe, Estado Yaracuy en 2011. Allí tuve el placer de escucharla en una de las mesas de ponentes y pude comprobar que el tiempo no pasa por ella , pues continúa tan dinámica y aguda como siempre.

En esta oportunidad quiero comentar brevemente un libro suyo, que me obsequió en ese evento y que leí con fruición a mi regreso a la ciudad de Mérida. Se trata de COLORIDO. LUZ, AROMAS DE MALAGUETA, SABOR A NISPERO, AVENTURA Y LIBERTAD, EL CURAZAO DE MARIANO PICON SALAS (Barquisimeto, CONCULTURA, 2011) . Puedo decir que lo disfruté mientras lo leía, con el paisaje brumoso y la Sierra Nevada ante mis ojos, aunque ya no tan nevadas las cumbres que tanto amaba don Mariano. Y debo reconocer que poco habia yo leído de este, sin duda, esencial ensayista e intelectual venezolano, así que, un estudio sobre un espacio de su vida y obra, sin duda aportarían a llenar algunas de las lagunas que, lamentablemente, exhibo en la materia.

Es el acercamiento que tiene la escritora hacia la imagen de Curazao, tal como quedó grabada en uno de los más importantes escritores venezolanos, MARIANO PICON SALAS. Es un libro realizado gracias al estímulo, como reconoce la misma autora en la dedicatoria, de la profesora Ineke Phaf, quien dictara en el CELARG un Seminario llamado EL IMAGINARIO DEL CARIBE HOLANDES, y de Guillermo Sucre, quien ofreció su Conferencia MARIANO PICON SALAS. LA CONCIENCIA DE LA LIBERTAD, con motivo de estarse celebrando en la Escuela de Letras de la UCV, los cien años del nacimiento de don Mariano en marzo de 2001. Allí estaban, entonces, los impulsos que Natividad Barroso necesitaba para releer, citando sus propias palabras del PREAMBULO "a quien había sido uno de los escritores fundamentales en mi formación ética y en mi constante preocupación por el presente y porvenir de Venezuela y de todo el continente americano".

Natividad Barroso detalla en su inicio, con la vivacidad propia de su escritura, algunos momentos históricos que sirven para ilustrar tanto la infancia y el paso del insigne humanista latinoamericano por las Antillas, territorio tan cercano geográficamente a Venezuela, pero tan lejos, por consideraciones históricas y culturales. A su vez, describe pasajes de la historia del descubrimiento de la isla de Curazao en la voz de Juan de Castellanos o Felice Cardot y que nos permiten formarnos una idea de como era Curazao en aquel entonces.

Natividad Barroso se aproxima a las obras iniciales de Mariano Picón Salas (BUSCANDO EL CAMINO, 1920) o la que es considerada su primera novela ( ODISEA DE TIERRA FIRME, 1931) hasta las menos conocidas, fundamentalmente en el campo de la narrativa, muchas de ellas dispersas en revistas y periódicos de la época, esto último, debido a que fue valorado, esencialmente como ensayista. Es por eso que su obra narrativa ha quedado al margen y, como señalan algunos estudiosos, ha sido, incluso silenciada.

El de Natividad Barroso es un trabajo exhaustivo, detallado, que denota la profunda admiración que siente por la obra de don Mariano Picón Salas, a quien la autora tuvo el gusto y honor de ver y oir, porque como escribe ella misma " los hombres sabios venezolanos han sido muy sencillos y siempre han estado dispuestos a hablarles y dirigirse a los jóvenes, a los estudiantes de los liceos." Y es que don Mariano entendía su labor humanista en toda su extensión y eso incluía el contacto, la cálida comunicación con los adolescentes a quienes solía dar charlas en los liceos venezolanos.

COLORIDO nos invita a releer y, en mi caso, a investigar y conocer con mayor profundidad, la extensa obra del intelectual merideño.







martes, 27 de marzo de 2012

GRUPO DE EDITORES ALTERNATIVOS. UNA EXPERIENCIA CULTURAL AUTOGESTIONARIA





Mucho se habla, siempre se ha hablado y escrito acerca de la cultura en el país, en la región, en la comunidad. Se hizo 30 años atrás,  se analizó su problemática, se escribió acerca de sus retos, se expuso en espacios públicos, más de alguno rasgó vestiduras, se buscó y no se encontró financiamiento y, al final, igual se llevó a cabo y salio a la luz, sea una exposición, una revista.

Hoy sin embargo, la cultura, pese a los aportes que para esta materia destina el gobierno nacional, continua siendo la Cenicienta en el proceso que vive Venezuela. La cultura continua a la zaga,  es el último de la fila, no figura entre los intereses de los gobiernos porque no genera ganancias monetarias  y las que genera no se comparan con las de otras riquezas que produce el país y suelen ser, además, intangibles. Los gobiernos quieren riqueza y resultados inmediatos. Son muy pragmáticos.

 Pero siempre, invariablemente, los artistas, los creadores, han buscado y encontrado, canales para expresarse. A pesar de los gobiernos, a pesar de la adversidad.  Pueden existir ministros  más o menos interesados o capaces, gobiernos que entiendan más o menos, o que entiendan las cosas de otra forma,  que entreguen mayor o menor presupuesto. Pero inevitablemente, a pesar de todo lo anterior y porque es un verdadero rebelde, el creador, buscará la manera de manifestarse. Afortunadamente, el hecho burocrático no afecta al verdadero artista, al verdadero creador, a aquel y a aquella que necesita expresarse sea a través de la palabra, de la imagen, de los sonidos, de los materiales que entrega la naturaleza. La creación está más allá. El creador es un revolucionario y  su obra trasciende al oscuro funcionario público que llena planillas y cuyo rostro nadie recordará. 

En esta oportunidad me quiero referir a una agrupacion surgida en Venezuela y en la provincia, porque esta tambien existe. Los capitalinos suelen decir Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra, pero desde allá llegaron a conocer esta  inédita experiencia provinciana. Sucedió en la ciudad de Barquisimeto en la década de los 90. Entre crisis económica y neoliberalismo galopante, cuando se hablaba del fin de las utopías y las filosofías posmodernas se encontraban en boga.  Escribo porque fui participe, no me lo contó nadie.

Corría el año 92  entre las oscuridades cuartorrepublicanas, cuando un grupo de jóvenes decidió aglutinarse en lo que se denominó GEA o GRUPO DE EDITORES ALTERNATIVOS. Se trataba de la experiencia de un grupo bastante dispar y heterogéneo,  pero con un interés común, lo que entonces se denominaba COMUNICACION ALTERNATIVA. Las edades oscilaban entre los 17 y 25 años, la mayoría estudiaba en la universidad o en institutos universitarios, pedagogía, ingeniería, mercadeo, audiovisuales. Ninguno era periodista, ni estudió periodismo después, pero más de alguno continuó por esa senda de manera autodidacta, guiándose por el instinto y la experiencia en el campo abierto a la escritura por los medios de comunicación.  Algunos seguimos escribiendo, la mayoría, sino todos, se graduaron,  no faltan tampoco  funcionarios en el gobierno y otros, los más ultras de ayer, son hoy unos capitalistas. Hasta ahora nada novedoso. 

En aquella época no contábamos con muchos referentes en materia de comunicación alternativa, no existía internet,  sólo revistas y fanzines traidos de Chile, Argentina, Brasil o España. Alguno había participado en el periódico de su liceo, en alguna revista literaria. El asunto es que sin mayores recursos que los autogenerados y sin experiencia previa, editábamos, cada uno por su lado, un montón de revistas que llegaron hasta los 4 números, en el caso de CALEIDOSKOPIO o CAPUT JUVES, a más de una docena para EL PROVO. Las  inquietudes eran muchas, la formación política escasa. Proveníamos de grupos de solidaridad con Chile y Cuba, participamos en movimientos anarkistas, ecologistas, antimilitaristas, de derechos humanos, también había varios snobs y algún ocioso que esos nunca faltan. Nos unía el entusiasmo por hacer cosas en materia de comunicación, informar de musica que no estuviese dentro de los circuitos comerciales, de cine, derechos humanos, problemática medioambiental, antimilitarismo,  defensa de los animales, etc.  Nos expresábamos con nuestro propio lenguaje, o, al menos, lo que considerábamos propio y porque no nos identificábamos con lo que existia, Y tampoco es que existiera mucho en medio de ese desierto.

No pretendíamos revolucionar el planeta ni su Historia ni el mundo de las letras. Antes hubo creadores y después de nosotros también. No pensábamos en partir aguas, en que el mundo sería otro  tras nuestro paso. Sólo trabajábamos por nuestro derecho a expresarnos  en el medio que más nos llamaba la atención y de la forma en que queríamos. También creíamos, y algunos seguimos creyendo, en la necesidad de la autogestión, en no pedirle a nadie, menos a un organismo de gobierno,  haciendo antesala en despachos de políticos, por aquello de la necesidad de mantener nuestra total independencia y libertad expresiva.  Eramos orgullosos e ingenuos. Eramos irreverentes y audaces.  Eramos bastante pelotudos.

Reunimos fondos a través de 2 EXPOVENTAS  ALTERNATIVAS  y un CICLO DE CINE, tambien  ALTERNATIVO. Nos dijeron que era difícil cuando no imposible,  que no, que así no lo íbamos a lograr, pero convocamos a muchísima gente. La verdad es que casi medio Barquisimeto sabia de nuestra existencia.  Eramos los ALTERNATIVOS. Alternativa de qué?   Trajimos agrupaciones musicales de Caracas, a una presentadora de Video clips muy top en la tv de aquellos años, a más de un periodista conocido en el mundo musical y cultural,  dictamos talleres, creo que hasta una fiesta  organizamos y con el dinero obtenido montamos un Kiosko donde vender las publicaciones nuestras y las que comenzaron a llegarnos desde otras latitudes y realizar actividades culturales en ese espacio.

No nos dieron los permisos para instalarnos, nuestro kiosko tenía un diseño único que excedía las normativas. No teníamos idea de esos asuntos técnico-burócratas donde Kafka se pierde, tampoco nos importó mucho. Nos tomamos el Boulevard Taormina Guevara, a un costado del Teatro Juarez, el más importante de la ciudad, a una cuadra de la Gobernación y junto a un Centro Comercial. Nos quisieron sacar de ahi varias veces. La policía de la Gobernación que se  encuentra muy cerca recibía nuestras solicitudes, un día me di cuenta que la redacción  del documento que elaboramos y hasta  las fechas no eran las correctas, pero el policía que recibía nuestras cartas teniía problemas de comprensión lectora y quienes trabajaban en los despachos gubernamentales seguramente también, eso si confiamos en que leyeron nuestra solicitud.  Igual seguimos. Nos hostigaron más de una vez. No les parábamos.  Limpiamos el lugar que se encontraba abandonado, al igual que se encuentra en la actualidad, que da tristeza, porque antes al menos el Teatro Juarez realizaba funciones permanentes y era un verdadero polo cultural. Hoy, en cambio, el entorno parece el de callejón de pueblo fantasma, de esos donde sólo circulan el viento y los papeles y el Teatro vive en permanente reparación.  

El GEA le confirió nueva vida al lugar. Pintamos, sembramos matas y flores, hicimos una cartelera pintada en una pared, llegamos hasta a exhibir películas al aire libre.  Todos los días llegaba alguna persona a conocer nuestra experiencia, a adquirir alguna revista, a conversar. También tuvimos nuestras peleas,  diferencias en la forma de gestionarnos, de organizar las actividades. Había un grado de inmadurez, de indisciplina,  de inconsciencia e inconsistencia, propio no sólo de la edad de algunos, sino de la poca formación política de la mayoría.

El año 94 el kiosko fue incendiado por desconocidos. A una cuadra de la Gobernación con su policía respectiva, a un costado del Teatro más importante de la ciudad y nadie vio absolutamente nada. Eso terminó por dispersarnos.  En el fin de muchas Historias no faltan las llamas, resulta  simbólico,  la impronta fascistoide que  pretende acallar ideas y movimientos culturales a través de la quema de libros. Fueron apenas dos años y siento que hicimos tantas cosas.  Eramos realmente tan peligrosos?

Con el tiempo he conocido a muchos que dijeron pertenecer al GRUPO DE EDITORES ALTERNATIVOS en algun momento, era tanta la gente, que si hubiese sido verdad lo que decían, alcanzaba para fundar un partido politico, una milicia, cuando en realidad no alcanzábamos a la veintena y los que trabajaban eran los menos.

Llegó a tener prestigio, tenía su onda el GEA, aunque algunos de sus integrantes no me caían muy bien, la verdad sea dicha. Pero trabajamos de manera desinteresada, disfrutamos esa forma de hacer cultura, sin internet ni celulares, con computadores que hoy darían risa, con letras Set y sin esa fastidiosa frase, ese cliché de hoy en día "a esperar que bajaran los recursos". Los recursos los pusimos nosotros con nuestro trabajo colectivo, no nos sentamos a esperar que bajaran desde ningún empireo u olimpo gubernamental. 

Hoy no veo que surjan agrupaciones como el GEA, con la determinación, la energía, la dinámica para concretar ideas y objetivos pese a las diferencias y en tiempo record.  Eramos honestos con lo que hacíamos, como muchos otros de entonces y de ahora. Y  algunas buenas ideas tuvimos, de eso quedó constancia en las publicaciones que realizamos. Creo que la gran mayoría continúa siendo personas honestas, trabajadoras, consecuentes con sus ideas.

Parte de las hazañas alternativas o las que merecen ser contadas  quedaron registradas para la posteridad y solaz de las generaciones futuras,  se encuentran en la red, pues uno de los fundadores del GEA se ha dado a la paciente tarea de subirlas, también aparecen reseñadas en un libro suyo CORAZON DE TINTA, editado en Bogotá el año 2001 por la Editorial Náufrago de Itaca.

 El entorno que observo y el encuentro reciente, 18 años después,  con un viejo amigo, hoy  sociólogo, compañero de algunas andanzas culturales y autor del libro mencionado,  me han puesto a reflexionar otra vez acerca del tema y, ahora sí, dejar solamente de pensarlo y comenzar a escribir sobre esos pedazos de memoria que guardamos, de nuestras historias locales e intentar darle un sentido a lo que se hizo y hace en la ciudad de Barquisimeto en materia cultural y porque creo que podemos percibir tanto el continuo como las rupturas, los repliegues o auges de los distintos hechos culturales de la zona y porque, corresponde a un escenario, a un paisaje,  que posee ciertas caracteristicas socioeconómicas, culturales, históricas y políticas. 

Esto que reseño corresponde sólo a una pequeña agrupación, sucedió en una ciudad con historia, con identidades múltiples que se han forjado a lo largo de los años y que identifican a quienes la habitan. O tal vez no, tal vez no seamos más que colectivos dispersos.

Por estos dias, en el país, creadores y creadoras se sumergen en el papeleo que les garantizará dinero y que los convertirá en complacientes, políticamente correctos , sumisos hacedores de cultura. Otros, huyen del país con las tarjetas de crédito y los dólares asignados por el gobierno, no entregan nada a cambio porque seguramente nunca produjeron sino mediocridades, esos no hacen falta en el país y  además, se dedican  a hablar pestes de aquel al cual timaron, comportándose  cual perseguidos políticos cuando aquí nadie se acuerda de ellos, son prescindibles, allá los extranjeros si quieren darles tribuna y trabajo.  En cambio, la mayoría  seguirá  aquí creando, creando, como si nada.

















Una antología poética en el estado Lara



La Antología de la Poesía Universal del Estado Lara, (1886 - 2006) sale a la luz el año 2007 por el Fondo Editorial Río Cenizo, en la ciudad de Barquisimeto, su autor, el poeta José Antonio Yépez Azparren (Barquisimeto, 1960), antologa a un nutrido grupo de poetas larenses, o que han hecho su vida en esa región del país durante el siglo XX. En dicho volumen, su autor ha tenido a bien incluirme.




Existen diversos textos y estudios acerca de la poesía en Lara pero no con la exhaustividad y la extensión de la realizada por Yepez Azparren, la cual nos entrega en esta oportunidad.



El autor, quien dice no creer en poesías regionales, comparte con el mexicano Octavio Paz la noción de que en poesía "los estilos son universales". Para esta compilación, Yepez Azparren , además de la selección ha escrito el prólogo y las notas. En la introducción del libro escribe que ser poeta en provincia no es necesariamente ser un poeta provinciano, si se escriben cosas universales, cosas que se dicen por vez primera.



Esta Antología, realizada de manera cronológica, es además, crítica y el autor se da un largo, minucioso y muy riguroso paseo por 220 años de creación poética en el Estado Lara, ubicado en la región centrooccidental de Venezuela.



Desde Roberto Montesinos, Antonio Arráiz y Pío Tamayo o Hermann Garmendia, hasta Ramón Querales y Luis Alberto Crespo aparecen en este volumen, donde figuramos algunas, pocas mujeres Laura Cracco, Wafi Salih, María Elena Diaz Carmona, Melisa Juara Toro Yetzabeth Perez Anzola y quien esto escribe.





viernes, 2 de marzo de 2012

MARE NOSTRUM (POEMAS)

DEL POEMARIO MARE NOSTRUM  ( 2001)  Una selección de algo que escribí hace ya bastante tiempo.

                                                                                         Foto By Alexi Gaete






                                                                A Zunilda y Clementina, In Memoriam



Los ángeles no guardaron por temor a las represalias

esa llamarada verde que gritaba ante la luna,

esos tus ojos,

un solo dolor multiplicado.



****************





Páginas infinitas

la pantalla,

ventanas vertiendo sólo vacío

imagen de Dios

proyectado de la nada.



****************



En innominada urbe

luminosa,

monótona

te hayas,

como huella digital

inscrita en la pared.



*********



Porque ese ángel desconoce la paciencia

acuñaba palabras

que ya nunca olvidarías.



*********

Los ángeles

miraban incrédulos en este paisaje

la escena de mi no-arrepentimiento

con ojos que eran soles y me herían.



********************



Extravío de estrella,

oculto eco o ensueño

en la copa ofrecida por Leonor de Aquitania.



Falsos resplandores,

esa intuición recobrada

después de tanta muerte.


























MARE NOSTRUM (Selección de poemas)




                                                                                       Foto By Alexi Gaete



MARE NOSTRUM


                                A Paola, mi hermana.



Inmiscuida en su sueño

despertando a él por error

bordeaba parajes de insólita floración.



Kilómetros de costanera

nos pertenecían

olas oscuras

lamían incesantes la orilla.



La más hermosa de las soledades

para que tú y yo la caminásemos

y tiempo verdadero

para intentar reseolver,

esos,

nuestros juegos postergados.



***************



El infinito escapó de mí

en loco,

impúdico delirio,

en los ojos

de una estatua dormida.



*******************



Sencillamente,

cabellera dormida,

rendida,

arrastrándose a la otra orilla del sosiego.



*********

                                A Wafi Salih



Un día decidida,

se muda el alma.

Toma el Metro, ticket sólo de ida,

tercera estación.



Helada la noche aún en sus bolsillos

cuando cae en una ciudad,

que sin tener historia

proyectaba el Dante.



****************







miércoles, 29 de febrero de 2012

Smoke city







Para Marcela Latoja


Este es el recuerdo de una  mañana que algunos dirán, inexistente.

La mañana de un tiempo lejano en mi memoria, de un tiempo que se quedó ahí, junto a las palomas batiendo sus alas en la ventana, de esas que me atravesaron el pecho como el Espíritu Santo con sus alas. Si el Espíritu Santo las tuviere. Si el Espíritu Santo existiese.

Eso sucedió una mañana interminable  y eso que el tiempo corría tan aprisa, pero, cosa extraña,  esos pájaros en mi ventana impedían su avance. Eran, en realidad, unas aves que nada tenían que ver ni con el paso del tiempo ni con la relatividad ni con nada, pero allí estaban: ellos, mis amigos y las aves del paraíso o del no transcurrir.

Había un sol tibio y tranquilo, mirando el mar también sereno y uno de mis amigos viajaba al sur y fue a mi casa a despedirse.

Esa mañana, en verdad, duró todo el día.

Mas, de pronto recordé que tenía que ir a trabajar, maldita sea, aunque para qué recordar banalidades, malos ratos, mala suerte o mala onda como el trabajo, me dije luego, me consolé de inmediato, me justifiqué en el acto,  me tranquilicé después. Así que nos arrellanamos de nuevo en nuestras sillas y sillones.


Es la molicie sempiterna y en cambio un castigo divino,  consuelo de los protestantes, el trabajo, sentencié.
 
Pero es una mañana tan deliciosa me dije, le dije a las otras yo que ahí conmigo estaban  que así continué, continuamos, dulcemente existiendo junto al Chardonnay, nuestro otro amigo, en el dolce far niente, porque, asimismo debió ser el paraíso perdido.

Los avatares del castillo ... un fragmento más extenso para mi lectora número 1.







A Marcela Latoja, María Troncoso, Lorena Morales, Marcela Lobos y a los que habitaron o visitaron  la casa de  calle Castillo 212.



Siempre, en toda familia existe una loca, los textos feministas la describen: la llaman  también, la loca del ático, el lugar a donde confinan a esta mujer que en realidad, posee una inteligencia, una sensibilidad superior al del resto de su mediocre entorno. La incomprensión, a veces la burla, son formas de castigo. También le dicen a este tipo de mujer, la loca de la cartera. O así le decían a una amiga mía los más viejos de su familia, antes de que ésta decidiera confinarse no a un ático, sino a un Museo. 

La loca de la cartera también decía vivir en un castillo, en realidad se trataba de  una casona que quedaba en la calle de ese mismo nombre, casi al lado del Museo Lord Cochrane, donde nunca vivió el tal lord pero sí tenía la mejor vista de la ciudad. En ese Museo se erigió el primer observatorio astronómico del continente y aun antes, tuvo cañones que debieron ser utilizados contra la Armada Española y más atrás en el tiempo, contra corsarios ingleses u holandeses como Francis Drake o  Shark, quienes arrasaron más de una vez las costas de este reyno  y con las escasas riquezas de los primeros habitantes. Muy cerca de allí, también se construyó el Castillo de San José, que fungía de cárcel, según nos contó una vez don Vicente, un viejecito, dueño del Emporio La Ardilla. Dicho almacén  quedaba un poco más abajo, en esa misma calle,  donde íbamos a comprar cigarrillos. 

En esta casa, contigua al museo, que databa del año 1920, vivieron, antes, las chicas que trabajaban en  el Molino Rojo, un bar que ya no existe. Eso también nos lo contó don Vicente. Y en verdad que  el espíritu de la remolienda era el de esa casa y se apoderó de todas sus posteriores  habitantes, loca de la cartera y otras locas incluidas, quienes resultaron ser unas auténticas bataclanas posmodernas, una de ellas  estudiaba matemáticas y  tocaba el  acordeón  subida al techo, según me han contado, aunque su mayor afición la constituía el ajedrez, mientras que otra practicaba yoga, tai-chi, leía las runas, el tarot y cuanto medio esotérico estuviera a su alcance. Una tercera imaginaba sus historias mientras tejía largas y coloridas bufandas durante los inviernos, historias que después escribía, mientras que una cuarta recorría la ciudad capturando disparatadas imágenes con su cámara de los no menos disparatados habitantes.

Llevaban el cabello corto, pintado de rojo una, de negro azulado la otra, con peinados hechos por ellas mismas, terceros ojos de plata en la frente y profusión de anillos. Frecuentaban el bar La playa los miércoles para oír interminables, y a veces, aburridísima lecturas de poesía, las cuales superaban con profusión de cervezas o caminaban por las rocosas playas, llenas de algas oscuras dispuestas como cabelleras en la orilla, acompañadas de gaviotas, cormoranes y, a veces, hasta tropezaban con algún pelícano.

A esa casa de calle Castillo, desde la que, por supuesto se veía el mar brumoso, las tempestades y los barcos arribando o partiendo, llamó una vez a la puerta un borracho, quien muy amable  preguntó por las muchachas de ese bar; eran casi las 3  de la madrugada y esa intempestiva visita del hombre buscando compañía,  confirmó la veracidad de lo que, hasta entonces, se creía sólo era un mito o habladurías de vecinos ociosos.

En la ciudad en que esto que relato sucedió, se han visto desde submarinos antes que a Julio Verne se le ocurriera escribir acerca de ellos en sus libros, aeroplanos antes que los hermanos Wrigth, cine antes que los Lumiere,  asesinos en serie antes que Jack el Destripador, conspiradores nazis, espías de toda laya, eso sin contar con ascensores que se elevan casi al cielo incluso en la actualidad, movimientos telúricos, embarcaciones espectrales, el mismísimo demonio deambulando por ahí, monstruos varios y fantasmas de todas clases, que los espíritus en pena no son privilegio de los ingleses.

Y a propósito de movimientos telúricos, los cronistas cuentan que cuando  el terremoto del año 1906 sacudió esta ciudad de la cual escribo, se destruyó el cementerio, ubicado en lo alto del cerro, llamado Cerro Panteón, precisamente por eso, porque lo más notorio y que se divisa a la distancia, son las cruces  y lápidas de las tumbas.

La violencia telúrica hizo que la tierra no sólo se abriera, dejando al descubierto las tumbas, sino que algunos ataúdes fueron aventados, cerro abajo, conteniendo los esqueletos. Tal sería la magnitud del sismo que algunos  sarcófagos fueron a dar a la mismísima Plaza Aníbal Pinto, entre ellos, el de un soldado de la Guerra del Pacífico de 1870, cuyo esqueleto  aún lucía su uniforme azul y sus charreteras.

Sí, demasiados mitos y fábulas para ser vividos y desentrañados en una vida tan breve.

La habitante del castillo solía caminar todas las mañanas hasta la Plaza Echaurren y si tenía dinero suficiente, al Emporio del mismo nombre y que ya no existe, lugar que databa de principios del siglo XX donde realizaba sus compras. Uno de los vendedores, el más anciano  acostumbraba saludarla con “qué va a llevar hoy la señorina! Y el otro vendedor, alto y pálido le decía al final de la compra, “permítame que la contemple”, tras haber puesto sobre el mostrador de mármol  las botellas de vino, las manzanas deshidratadas y las aceitunas o el queso y  té. Después caminaba hasta la panadería Serrano, y volvía a subir a su casa, esta vez, por la llamada, Escalera de la Muerte, que contaba más de 167 peldaños y donde una vez, cuando muy joven, Jorge Luis Borges se había fotografiado. Pero si el dinero escaseaba, sólo compraba el pan y volvía a subir.

Algunas veces le tocó trabajar en una escuela, ubicada entre calles Victoria y Morris,  pues entre sus muchos oficios estaba el de titiritera. Casualmente, o no por casualidad, había estudiado allí cuando pequeña. Esa escuela hoy no existe,  un movimiento telúrico de proporciones también dio cuenta de ella. Tratábase de una construcción fundada en el año de 1910, debida al arquitecto Alfredo Azancot.  Era una edificación de tres pisos, con amplias aulas de clase, pisos ajedrezados, techos altísimos, con terraza y sótanos. Contaba con un teatro donde se llevaban a cabo las representaciones artísticas de las estudiantes y un gimnasio techado. Sobresalían en esa escuela sus líneas clásicas y neorrenacentistas, con armónicas fachadas, pero lo que aparentemente era un bello edificio de valor histórico y arquitectónico que albergaba año a año a más de 700 niñas, pues se trataba de la Escuela Superior de Niñas Nro. 6, escondía innumerables y misteriosas leyendas.

Le dijimos a la habitante del Castillo que llevara alguna de esas historias al mundo titiritesco, porque las de fantasmas suelen ser las más entretenidas, ya que esta escuela también se vanagloriaba de tener en su staff no uno sino varios fantasmas que fueron adicionándose a lo largo de los años y que se disputaban distintas áreas del recinto. Había algunas monjitas penando desde el siglo XVII, época de la que data un monasterio edificado anteriormente en ese sitio, en el sector conocido como El Almendral  y que terminó de derrumbarse el año 1906 tras el espantoso terremoto mencionado más arriba. Otros fantasmas, en cambio, eran más recientes, como el de una de sus directoras,  que nos dio clases a muchas, pues yo también estudié allí, dicen que se trataba de la srta. Pilar Martínez. Ella era hija de españoles, tenía una enorme nariz era pálida, llevaba el pelo canoso recogido en un moño, sus ojos eran pequeños, verdes e inquisitivos y  daba clases de castellano. Su espíritu debió ser uno de los más recientes o últimos en esa extensa cofradía de fantasmas que habitaban el viejo edificio.  Diversos espíritus eran más jóvenes, correspondían a antiguas alumnas de la escuela, algunas murieron trágicamente en ese recinto y esas historias que se contaban en los recreos, formaban parte del patrimonio, de los recuerdos de varias generaciones de estudiantes.

La habitante del castillo se obsesionó con los relatos, muchas veces fantásticos que las niñas contaban y también se obsesionó con los que recordaba haber oído desde pequeña y con el firme propósito de representar una obra sobre el tema, emprendió la tarea de  confeccionar las más maravillosas marionetas que se habían visto en la ciudad. Comenzó a escribir un guión, su amigo Eric prometió musicalizarlo, compuso algunos pasajes y hasta grabó texturas electrónicas para tal fin, pero esa obra aún sigue esperando ser llevada a escena.

Pero yo estaba escribiendo o contándoles de sus delicadas marionetas de príncipes de Antiguo Oriente con pequeños bonetes de terciopelo, hadas diminutas de mirada pícara o ancianos de delicado cabello como plumas blancas y togas azules. Esas marionetas surcaron mares y cielos, embaladas en los equipajes de turistas y viajeros, pues era tal su originalidad y belleza que muchas terminaron o prosiguieron sus vidas e historias, en ciudades como Barcelona, San Francisco, Montpellier, Kiev o Caracas.

En particular  recuerdo una, aún no concluida y cuya  cabeza  estaba al interior de un bolso de viaje. La misma muñeca de madera llevaba en sus manos su propia cabeza en una bolsa de raso bordada y caminaba con sus hilos tan tranquila por la casa mientras los habitantes del Castillo la miraban estupefactos, por no decir horrorizados. E inventaban distintas historias acerca de esa bella muñeca con vestido de satín frambuesa y tules y manos de dedos largos de pianista. Era la bella pianista y el cuento que narraba, no apto para menores. 

Eso sucedió una mañana de octubre, luego de una fiesta descomunal para celebrar su cumpleaños y donde las copas eran mágicas porque no se vaciaban nunca y hasta fuegos artificiales hubo que incendiaron  la bahía a medianoche.  Después, ella tuvo una revelación o un sueño, o estaba ya harta  de que su vida sólo fuese una suerte de viaje, de un bello viaje a reinos perdidos en la memoria. Aunque, para ser honestos, lo que sí había sido real en su vida, era el mar gélido, la soberbia cordillera que la separaba del mundo, el mes de septiembre y Visotsky.

Pero a ratos afloraba su lado audaz, hasta práctico o quizás porque, como dijéramos al inicio, y no por nada, era la loca del castillo,  en un breve lapso de esos que tuvo,  sin mayores preámbulos ni ceremonias, marchó a  México, mucho antes que nuevos terremotos y erupciones volcánicas   asolaran este reyno e hicieran tambalear la casona y antes que el Museo contiguo se viniera abajo y sólo se salvaran los cañones.

Así pues, se fue a trabajar como restauradora y a vivir, prácticamente, en otro Museo, lugar donde nada se movía bajo sus pies.  Dijo al principio que marchaba a Ciudad de México, después a Guatemala, a Costa Rica o a Venezuela, país donde tenía algunos familiares, la verdad, al principio no estábamos muy seguras de donde se encontraba, hasta que comenzó a enviarnos fotografías por mail.

De los avatares en el castillo (fragmento)






Bella creación de Marcela Latoja, artista de Valparaíso.


La loca de la cartera también decía vivir en un castillo, en realidad se trataba de  una casona que quedaba en la calle de ese mismo nombre, casi al lado del Museo Lord Cochrane, donde nunca vivió el tal lord pero sí tenía la mejor vista de la ciudad. En ese Museo se erigió el primer observatorio astronómico del continente y aun antes, tuvo cañones que debieron ser utilizados contra la Armada Española y más atrás en el tiempo, contra corsarios ingleses u holandeses como Francis Drake o  Shark, quienes arrasaron más de una vez las costas de este reyno  y con las escasas riquezas de los primeros habitantes. Muy cerca de allí, también se construyó el Castillo de San José, que fungía de cárcel, según nos contó una vez don Vicente, un viejecito, dueño del Emporio La Ardilla. Dicho almacén  quedaba un poco más abajo, en esa misma calle,  donde íbamos a comprar cigarrillos. 

En esta casa, contigua al museo, que databa del año 1920, vivieron, antes, las chicas que trabajaban en  el Molino Rojo, un bar que ya no existe. Eso también nos lo contó don Vicente. Y en verdad que  el espíritu de la remolienda era el de esa casa y se apoderó de todas sus posteriores  habitantes, loca de la cartera y otras locas incluidas, quienes resultaron ser unas auténticas bataclanas posmodernas, una de ellas  estudiaba matemáticas y  tocaba el  acordeón  subida al techo, según me han contado, aunque su mayor afición la constituía el ajedrez, mientras que otra practicaba yoga, tai-chi, leía las runas, el tarot y cuanto medio esotérico estuviera a su alcance. Una tercera imaginaba sus historias mientras tejía largas y coloridas bufandas durante los inviernos, historias que después escribía, mientras que una cuarta recorría la ciudad capturando disparatadas imágenes con su cámara de los no menos disparatados habitantes.

Sobre los avatares en el castillo


En particular  recuerdo una, aún no concluida y cuya  cabeza  estaba al interior de un bolso de viaje. La misma muñeca de madera llevaba en sus manos su propia cabeza en una bolsa de raso bordada y caminaba con sus hilos tan tranquila por la casa mientras los habitantes del Castillo la miraban estupefactos, por no decir horrorizados. E inventaban distintas historias acerca de esa bella muñeca con vestido de satín frambuesa y tules y manos de dedos largos de pianista. Era la bella pianista y el cuento que narraba, no apto para menores. 


 Marioneta confeccionada por Marcela Latoja.

EL ALTER EGO LITERARIO DE MARCOS SE LLAMA DURITO




 ¿Quién es Durito de la Lacandona?  La aparición de Nabucodonosor en la selva Lacandona, data de diez años antes que el EZLN hiciera su aparición pública el 1 de enero de 1994. Marcos lo descubre por el reguero de tabaco que aquél deja y que ha sustraído de la mochila del entonces capitán Marcos. Desde un comienzo, el escarabajo con nombre de rey babilónico, se revela como un ser estudioso de la realidad del mundo, aún cuando viva internado en la selva  y alejado de los grandes centros desde los cuales se toman las decisiones que incidirán en hombres y mujeres de cualquier parte del orbe, incluidos los habitantes del tan alejado Chiapas.
  
  Según Marcos, el personaje surgió de la necesidad de “hacer que se sintiera antes que se entendiera” el ideario, los valores y  demandas zapatistas. Para “entender” el porqué del alzamiento zapatista es suficiente un cuadro estadístico o un análisis político o sociológico. Pero para sentirlo”, es decir, identificarse con éste y considerarlo una parte de nosotros y ello implica que nos importa lo que suceda, como si fuese alguien de la familia. La importancia de estos textos de Durito es que pretenden hacer sentir el zapatismo a los otros.

 Durito es un sujeto con plena conciencia de cuanto ocurre, puesto que tener conciencia de cuanto acontece en el mundo, significa ser partícipe del desarrollo constante del conocimiento y del fluir de éste.  Aquí, Marcos - escritor busca los procedimientos apropiados para hacer hablar o reaccionar de manera dialógica al personaje desde su propia voz para dejar que sea el personaje quien desarrolle su propia lógica interna y su autonomía.  Expresión de Bajtin en referencia al discurso novelesco, pero que puede aplicarse a la ficción de Marcos, quien no hablaría “del” personaje sino “con él”, por cuanto este sería autónomo y capaz de sorprender de manera convincente, es decir, las observaciones y comentarios  inesperados del escarabajo, su particular lenguaje del siglo XVII, matizado de expresiones coloquiales, los constantes cambios de humor, de vestuario o de comportamiento.  El contrapunto entre el narrador y Durito le imprimen, de esta manera, dinamismo al relato.

Como señalara José Saramago, en el prólogo del libro que reúne las posdatas en que aparece este personaje (Don Durito de la Lacandona, México, CIACH, 1999),  Durito es “un bicho que lleva un caparazón que se llama piel, y otro que se llama honra, y otro que se llama dignidad”. Honra y dignidad: valores, para muchos, anacrónicos, obsoletos,  románticos, pero que cobran plena vigencia a través del personaje. Durito es una mezcla compleja y contradictoria, como todos los seres humanos, aunque “tan sólo” sea un escarabajo. Al parecer vive fuera de la realidad, por la supuesta anacronía en las metodologías y estrategias de lucha señaladas a través de su lenguaje o vestimentas: escudo, lanza, celada, espada y cabalgadura, a la manera de los caballeros  del medioevo, mas, no hay que considerar como una excentricidad que Durito decida convertirse en caballero andante, si recordamos que aquéllos surgieron en la Edad Media,  un momento de la historia  europea en la cual, valores como la lealtad, la justicia o la verdad estaban siendo suprimidos. Y aunque este caballero también se pretende desfacedor de entuertos, junto con él porta una “minimicrocomputadorita”, a fin de ir con los tiempos.


   La simbología de Durito

   El escarabajo es símbolo de varias culturas: en Egipto representó el renacimiento, la vida longeva y se le vinculó a una divinidad solar. Él era el propio dios Ra en el momento de su nacimiento porque los egipcios fueron  observadores  de la naturaleza y relacionaron la concepción de estos pequeños animales con la creación del Sol.  Y así como el dios solar renace de las sombras de la noche, se supone que el escarabajo renace de su propia descomposición.  En un texto bastante oscuro del Chilam Balam, el escarabajo aparece como el barro de la tierra en sentido material y moral del término: “Y entonces vinieron los dioses escarabajos, los deshonestos, los que metieron el pecado entre nosotros, los que eran el lodo de la tierra.” Este texto ha sido interpretado como una referencia de carácter profético a la llegada de los conquistadores españoles, pero también pudo referirse a una etapa de decadencia de los mismos pueblos mayas. La  fuerza  de la metáfora (“el lodo de la tierra”) se refiere a aquellos seres considerados los últimos en el escalafón, los que son despreciados y qué más despreciable que aquello que podamos pisar.

   Los escarabajos con un cuerno en la cabeza son los llamados escarabajo rinoceronte o elefante (Oryctes nasicornis) y se caracterizan por tener un tamaño de 4,5 cm de longitud, color negro, alas oscuras por fuera y amarillas por dentro, en los machos un "cuerno" curvado hacia atrás en la cabeza. A pesar de su nombre y apariencia, es inofensivo.  Considerado el más fuerte de los escarabajos, el escarabajo rinoceronte es capaz de soportar en su dorso una carga 30 veces mayor que su propio peso durante una hora. Durito  intenta demostrar esa afirmación encaramando su pequeño piano sobre el escritorio porque “lo pequeño sostiene a lo grande en la historia y en la naturaleza”.

Algunas características y capacidades de los escarabajos parecen aplicarse bien a los  indígenas de las comunidades zapatistas, pues éstos han sido capaces de realizar algo que no había ocurrido hasta entonces en México, algo que no se esperaba de grupos humanos considerados como “los sin voz en los palacios (...) los de la larga noche del desprecio”[1] Ellos plantearon en los círculos de poder la marginación de la cual habían sido objeto durante más de 500 años. Hasta entonces, asuntos como el reconocer siquiera la existencia de múltiples identidades y por ende sus derechos, era impensable, quedando solamente como tema de debate entre académicos, pues  en los grupos dominantes se manejaba el concepto de una sola identidad mexicana. Tener que reconocer la diferencia, que la presencia de los indígenas  era algo más que un “un molesto ruido ancestral,”[2] ya puede considerarse  un paso.




[1]Votán Zapata vive en nuestras muertes: Ejército Zapatista”. en 20/10 el fuego y la palabra. . Op. cit.
[2] Vázquez M, M. “El Subcomandante Marcos ataca de nuevo” en www.vespito.net

Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002

Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002
Mi casa era el viento ululando por Valparaíso,/las luces de Quintero/los perros vagos deambulando por las calles.

En las alturas titeremundanas

En las alturas titeremundanas

John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.

John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.

En el bosque titeremundano...

En el bosque titeremundano...

Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi

Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi
Grabando en Mérida el programa infantil que dirige Rodrigo Acosta. Un montón de locos creativos con él a la cabeza han dado cuerpo a esta serie televisiva.

En pleno rodaje y con mucho frío.

Un felino porteño

Un felino porteño
Personaje característico de las calles de Valparaíso, visto por Marcela Latoja.

La ciudad que se deshace lentamente.

La ciudad que se deshace lentamente.
Siempre Valparaíso, por Marcela.

Subiendo hacia el Cerro Concepción.

Subiendo hacia el Cerro Concepción.
Los colores de la ciudad. By Alex Aguero.

Siempre presente... Allende.

Siempre presente... Allende.
Bajando por Almirante Montt, hacia Plaza Aníbal Pinto. Otra foto de Alex Aguero.

En pleno Almendral, mi escuela.

En pleno Almendral, mi escuela.
Escuela Ramón Barros Luco, Valparaíso. Es una construcción que data de 1926 y debe su diseño al arquitecto Alfredo Azancot. Conjuga diversos estilos y aunque ha sido modificada en su interior, aún conserva su misterio, como sus fantasmas, por ejemplo. Quienes estudiamos allí tenemos más de una historia al respecto.