miércoles, 29 de febrero de 2012

EL ALTER EGO LITERARIO DE MARCOS SE LLAMA DURITO




 ¿Quién es Durito de la Lacandona?  La aparición de Nabucodonosor en la selva Lacandona, data de diez años antes que el EZLN hiciera su aparición pública el 1 de enero de 1994. Marcos lo descubre por el reguero de tabaco que aquél deja y que ha sustraído de la mochila del entonces capitán Marcos. Desde un comienzo, el escarabajo con nombre de rey babilónico, se revela como un ser estudioso de la realidad del mundo, aún cuando viva internado en la selva  y alejado de los grandes centros desde los cuales se toman las decisiones que incidirán en hombres y mujeres de cualquier parte del orbe, incluidos los habitantes del tan alejado Chiapas.
  
  Según Marcos, el personaje surgió de la necesidad de “hacer que se sintiera antes que se entendiera” el ideario, los valores y  demandas zapatistas. Para “entender” el porqué del alzamiento zapatista es suficiente un cuadro estadístico o un análisis político o sociológico. Pero para sentirlo”, es decir, identificarse con éste y considerarlo una parte de nosotros y ello implica que nos importa lo que suceda, como si fuese alguien de la familia. La importancia de estos textos de Durito es que pretenden hacer sentir el zapatismo a los otros.

 Durito es un sujeto con plena conciencia de cuanto ocurre, puesto que tener conciencia de cuanto acontece en el mundo, significa ser partícipe del desarrollo constante del conocimiento y del fluir de éste.  Aquí, Marcos - escritor busca los procedimientos apropiados para hacer hablar o reaccionar de manera dialógica al personaje desde su propia voz para dejar que sea el personaje quien desarrolle su propia lógica interna y su autonomía.  Expresión de Bajtin en referencia al discurso novelesco, pero que puede aplicarse a la ficción de Marcos, quien no hablaría “del” personaje sino “con él”, por cuanto este sería autónomo y capaz de sorprender de manera convincente, es decir, las observaciones y comentarios  inesperados del escarabajo, su particular lenguaje del siglo XVII, matizado de expresiones coloquiales, los constantes cambios de humor, de vestuario o de comportamiento.  El contrapunto entre el narrador y Durito le imprimen, de esta manera, dinamismo al relato.

Como señalara José Saramago, en el prólogo del libro que reúne las posdatas en que aparece este personaje (Don Durito de la Lacandona, México, CIACH, 1999),  Durito es “un bicho que lleva un caparazón que se llama piel, y otro que se llama honra, y otro que se llama dignidad”. Honra y dignidad: valores, para muchos, anacrónicos, obsoletos,  románticos, pero que cobran plena vigencia a través del personaje. Durito es una mezcla compleja y contradictoria, como todos los seres humanos, aunque “tan sólo” sea un escarabajo. Al parecer vive fuera de la realidad, por la supuesta anacronía en las metodologías y estrategias de lucha señaladas a través de su lenguaje o vestimentas: escudo, lanza, celada, espada y cabalgadura, a la manera de los caballeros  del medioevo, mas, no hay que considerar como una excentricidad que Durito decida convertirse en caballero andante, si recordamos que aquéllos surgieron en la Edad Media,  un momento de la historia  europea en la cual, valores como la lealtad, la justicia o la verdad estaban siendo suprimidos. Y aunque este caballero también se pretende desfacedor de entuertos, junto con él porta una “minimicrocomputadorita”, a fin de ir con los tiempos.


   La simbología de Durito

   El escarabajo es símbolo de varias culturas: en Egipto representó el renacimiento, la vida longeva y se le vinculó a una divinidad solar. Él era el propio dios Ra en el momento de su nacimiento porque los egipcios fueron  observadores  de la naturaleza y relacionaron la concepción de estos pequeños animales con la creación del Sol.  Y así como el dios solar renace de las sombras de la noche, se supone que el escarabajo renace de su propia descomposición.  En un texto bastante oscuro del Chilam Balam, el escarabajo aparece como el barro de la tierra en sentido material y moral del término: “Y entonces vinieron los dioses escarabajos, los deshonestos, los que metieron el pecado entre nosotros, los que eran el lodo de la tierra.” Este texto ha sido interpretado como una referencia de carácter profético a la llegada de los conquistadores españoles, pero también pudo referirse a una etapa de decadencia de los mismos pueblos mayas. La  fuerza  de la metáfora (“el lodo de la tierra”) se refiere a aquellos seres considerados los últimos en el escalafón, los que son despreciados y qué más despreciable que aquello que podamos pisar.

   Los escarabajos con un cuerno en la cabeza son los llamados escarabajo rinoceronte o elefante (Oryctes nasicornis) y se caracterizan por tener un tamaño de 4,5 cm de longitud, color negro, alas oscuras por fuera y amarillas por dentro, en los machos un "cuerno" curvado hacia atrás en la cabeza. A pesar de su nombre y apariencia, es inofensivo.  Considerado el más fuerte de los escarabajos, el escarabajo rinoceronte es capaz de soportar en su dorso una carga 30 veces mayor que su propio peso durante una hora. Durito  intenta demostrar esa afirmación encaramando su pequeño piano sobre el escritorio porque “lo pequeño sostiene a lo grande en la historia y en la naturaleza”.

Algunas características y capacidades de los escarabajos parecen aplicarse bien a los  indígenas de las comunidades zapatistas, pues éstos han sido capaces de realizar algo que no había ocurrido hasta entonces en México, algo que no se esperaba de grupos humanos considerados como “los sin voz en los palacios (...) los de la larga noche del desprecio”[1] Ellos plantearon en los círculos de poder la marginación de la cual habían sido objeto durante más de 500 años. Hasta entonces, asuntos como el reconocer siquiera la existencia de múltiples identidades y por ende sus derechos, era impensable, quedando solamente como tema de debate entre académicos, pues  en los grupos dominantes se manejaba el concepto de una sola identidad mexicana. Tener que reconocer la diferencia, que la presencia de los indígenas  era algo más que un “un molesto ruido ancestral,”[2] ya puede considerarse  un paso.




[1]Votán Zapata vive en nuestras muertes: Ejército Zapatista”. en 20/10 el fuego y la palabra. . Op. cit.
[2] Vázquez M, M. “El Subcomandante Marcos ataca de nuevo” en www.vespito.net

No hay comentarios:

Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002

Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002
Mi casa era el viento ululando por Valparaíso,/las luces de Quintero/los perros vagos deambulando por las calles.

En las alturas titeremundanas

En las alturas titeremundanas

John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.

John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.

En el bosque titeremundano...

En el bosque titeremundano...

Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi

Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi
Grabando en Mérida el programa infantil que dirige Rodrigo Acosta. Un montón de locos creativos con él a la cabeza han dado cuerpo a esta serie televisiva.

En pleno rodaje y con mucho frío.

Un felino porteño

Un felino porteño
Personaje característico de las calles de Valparaíso, visto por Marcela Latoja.

La ciudad que se deshace lentamente.

La ciudad que se deshace lentamente.
Siempre Valparaíso, por Marcela.

Subiendo hacia el Cerro Concepción.

Subiendo hacia el Cerro Concepción.
Los colores de la ciudad. By Alex Aguero.

Siempre presente... Allende.

Siempre presente... Allende.
Bajando por Almirante Montt, hacia Plaza Aníbal Pinto. Otra foto de Alex Aguero.

En pleno Almendral, mi escuela.

En pleno Almendral, mi escuela.
Escuela Ramón Barros Luco, Valparaíso. Es una construcción que data de 1926 y debe su diseño al arquitecto Alfredo Azancot. Conjuga diversos estilos y aunque ha sido modificada en su interior, aún conserva su misterio, como sus fantasmas, por ejemplo. Quienes estudiamos allí tenemos más de una historia al respecto.