jueves, 11 de diciembre de 2008

De donde son las alpacas

Para Karem Schramm


La presencia de ella se nota a leguas, como un esquimal en Palermo. Como un dromedario en el Paseo Ahumada, como un guerrero swahili en la estación del Metro Capitolio. Como un desfile de peces bajo la Torre Eiffel. Parece salida de un cuadro impresionista.

Fumadora impenitente con pitillera de plata en la cartera, conversadora, narradora incansable de mil anécdotas curiosas y una memoria proverbial, sobre todo para los jingles y las series de tv en blanco y negro de la infancia lejana, como esa de terror en que aparecían Cassandra Collins, y su hermano Barnabás, ambos personajes de Sombras Tenebrosas.

El otro día me dijo que se iba a la dimensión desconocida y yo espero que vuelva pronto, que no se quede mucho rato por esos lares, que me cuente después cómo era el lugar en cuestión. Capaz que me entusiasme, que nos entusiasme a todas y vayamos para allá un rato a hacerle compañía.

Los que la rodeamos y la amamos nos la bancamos con todo y sus novios y amantes, que son como personajes sacados de una novela de José Donoso, sus gatos, sus perros, las faldas de flores turquesa que combinan con sus ojos, los bucles rubios y los sombreros que cubren su piel blanquísima. Sombreros que la protegen del sol pero no de las habladurías. Porque la gente siempre busca de qué hablar y claro, ella es tan particular, tan distinta y no le importa.

Diríase que trabaja concienzudamente esa extravagancia suya para su público y me consta que la cultiva desde la más tierna edad, cuando se paseaba con un echarpe blanco larguísimo por los pasillos del liceo durante los fríos inviernos y las demás niñas la abucheaban o reían a sus espaldas.

Lástima que no nació en Londres, en París o en Manhattan. Venir a nacer aquí, en el fin del mundo, donde aún sobreviven las alpacas.

Bueno, esa es otra de sus extravagancias.

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Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002

Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002
Mi casa era el viento ululando por Valparaíso,/las luces de Quintero/los perros vagos deambulando por las calles.

En las alturas titeremundanas

En las alturas titeremundanas

John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.

John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.

En el bosque titeremundano...

En el bosque titeremundano...

Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi

Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi
Grabando en Mérida el programa infantil que dirige Rodrigo Acosta. Un montón de locos creativos con él a la cabeza han dado cuerpo a esta serie televisiva.

En pleno rodaje y con mucho frío.

Un felino porteño

Un felino porteño
Personaje característico de las calles de Valparaíso, visto por Marcela Latoja.

La ciudad que se deshace lentamente.

La ciudad que se deshace lentamente.
Siempre Valparaíso, por Marcela.

Subiendo hacia el Cerro Concepción.

Subiendo hacia el Cerro Concepción.
Los colores de la ciudad. By Alex Aguero.

Siempre presente... Allende.

Siempre presente... Allende.
Bajando por Almirante Montt, hacia Plaza Aníbal Pinto. Otra foto de Alex Aguero.

En pleno Almendral, mi escuela.

En pleno Almendral, mi escuela.
Escuela Ramón Barros Luco, Valparaíso. Es una construcción que data de 1926 y debe su diseño al arquitecto Alfredo Azancot. Conjuga diversos estilos y aunque ha sido modificada en su interior, aún conserva su misterio, como sus fantasmas, por ejemplo. Quienes estudiamos allí tenemos más de una historia al respecto.