
Ahora que reviso mi blog, compruebo que me había puesto muy política los últimos tiempos. Los acontecimientos de Honduras me dejaron sin ganas de seguir escribiendo por un lapso más o menos largo. Pero ahora retomo la escritura, o, al menos intentaré hacerlo. Aunque esta vez, para mi desgracia sean los fenómenos de la naturaleza los que me han hecho mirar las fotos que aquí he puesto y que corresponden a las de Valparaíso, mi ciudad. Y eso me ha traído a mi blog y me he puesto a escribir.
Como muchos sabrán, o quizás ahora tristemente saben, Valparaíso se encuentra ubicado en Chile, en la zona central de mi país, y que hace unos días, el 27 de febrero, para ser precisos, fue azotada por un terremoto. El sur de Chile se llevó la peor parte, con maremoto incluido y la mayor cantidad de muertos ocurrida en una catástrofe de esta índole en varias décadas.
Estamos situados sobre una falla que se desplaza lenta e inexorablemente. Recuerdo haber leído de niña que algún día, quizás en cien, doscientos, quinientos años o más, Chile terminaría por romperse como un trozo de tiza en una pared, pues la Placa se desplazaría - con Chile a cuestas - y terminaría por incrustarse en la Cordillera de Los Andes.
Por lo pronto, los habitantes de ese territorio, siguen intentando retomar sus vidas.
Sigue temblando, seguirá moviéndose el suelo bajo los pies. En política, ¿ocurrirá lo mismo? La asunción de un presidente Ultra liberal destinado no a dirigir, sino a gerenciar al país, parece anunciar que el años será muy movido.
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