martes, 9 de junio de 2009

Chávez, el Vergatario.


Hace algunos días salió al mercado el primer celular ensamblado en Venezuela con tecnología china, a precio económico el cual, aparentemente, nada tiene que envidiar a otro aparato portátil actual. Tiene hasta cámara fotográfica. Chávez no encontró nada mejor para promocionarlo que decir que era “Vergatario”. Y así se quedó. Ya la palabra, que alude a algo fuera de lo común, pero que es una voz vulgar, aunque figura en el diccionario, pasó a formar parte del léxico comunicacional. Verga es el palo mayor del barco. Por extensión, en Venezuela “verga” es el miembro masculino. El Vergatario se agotó el primer día. Había colas para comprarlo. Da como orgullo el Vergatario. El celular y Chávez.

Chávez es una suerte de Rey Midas, lo que toca, se vende. Bastó que le regalara “Las venas abiertas de América Latina” a Barak Obama y el libro, que se encontraba en el número 700 o más abajo, de la lista de ventas por internet, se disparó al Nro.6 en cosa de horas. Tiempo atrás sucedió lo mismo con los libros de Chomsky, muy respetado intelectual norteamericano, pero que no es precisamente un Best-Seller y cuyos textos lo fueron, gracias a la mención de Chávez en su discurso ante la ONU el año 2006. Secretamente, muchos escritores soñarán con que el presidente los lea y mencione, como al pasar, en alguna de sus alocuciones o en su programa dominical.

Son algunos de los hechos anecdóticos que puedo mencionar, por si no los conocías, o por si la manipulación mediática en el exterior los muestra de otra manera. La oposición no se queda atrás al momento de incitar al odio, la violencia y el magnicidio. Se descubrió hace unos días un arsenal de armas en Margarita, de lo más sofisticado. Un helicóptero venezolano de fabricación rusa cayó a tierra muriendo toda su tripulación en la frontera con Colombia. Aún se desconocen las causas: fue derribado por los paracos o el Ejército colombiano? El Ministro colombiano de Defensa, Santos, públicamente habla contra Chávez y su gobierno. Se sabe de paramilitares colombianos que viven en total impunidad en los cerros caraqueños, o que cobran “vacunas” en los estados fronterizos, casualmente, en manos de gobernadores de oposición. También se han detectado conversaciones telefónicas entre militares en retiro, quienes consideran que las vías democráticas para sacar a Chávez del poder, no sirven y hay que buscar nuevos mecanismos. Fue descubierto un intento de magnicidio.

Otro show mediático fue el de los intelectuales de derecha, Vargas Llosa a la cabeza, que se reunieron en un lujoso hotel de Caracas a debatir acerca de la democracia. Había que pagar un millón de bolívares para entrar y se dedicaron a denigrar de Chávez de todas las maneras posibles. Hablaron de la “dictadura en Venezuela”, de la “represión”, del “acoso” del que supuestamente fueron víctimas. Eso sí, lo hicieron por todos los medios de comunicación que les dieron tribuna. Sin embargo, se negaron a aceptar la invitación que hiciera el presidente a debatir con el Congreso de intelectuales progresistas que se celebró también en Caracas y cuyas ponencias, diálogos y debates fueron, en gran parte, televisados. La prensa internacional, como de costumbre, señaló que “Chávez no fue al debate”, que “no quiso enfrentarse a Vargas Llosa”, etc. En cualquier otro país, un extranjero que públicamente se entrometa en asuntos de política interna, corre el riesgo de ser expulsado. Aquí, los dejaron hablar, criticar, mentir, mientras hacían su apología del neoliberalismo.

Las especulaciones y suposiciones son elevadas a la categoría de noticias por la prensa de oposición (como se sabe, en manos de la derecha en más de un 70%). Así, leo en un titular que “Chávez, podría subir el precio de la gasolina” Un supuesto, ya que pronto el presidente anuncia algunas medidas económicas, pero en ningún momento baraja la posibilidad de encarecer el principal producto, un hecho que remitió a todos los venezolanos, inmediatamente, al Caracazo de 1989, durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez. Cuando los habitantes de los cerros bajaron a protestar y hubo miles de muertos.

Otra mañana, leo que se “Investigará la escasez de papel higiénico en el país”, precisamente minutos antes de entrar al supermercado donde ese producto se encuentra por montones en las estanterías. En el otro supermercado, compruebo que tampoco falta. Paso por la farmacia y veo una “ruma” con paquetes de 12 rollos cada uno. Total, que no hay “escasez”. Lo que sí ha habido desde hace tiempo es especulación y acaparamiento. Se llegó al colmo, el año pasado sacaban las mercancías por toneladas hacia la frontera con Colombia. Productos que el Estado subsidia, pero la idea era reventar al país, enfurecer a la población que no conseguía ni siquiera harina o aceite. Los ganaderos estaban botando la leche. Ahí se aplica la palabra “vendepatrias”. Pero comienza a funcionar la “Contraloría popular”, es decir, los vecinos y vecinas organizadas en Consejos Comunales y que, gracias a la Constitución, pueden ejercer su rol protagónico, denunciando a los acaparadores y redistribuyendo, en algunos casos la mercancía, junto a los compañeros del Ejército. Increíble. Pero el colmo fue el temblor grado 5 de magnitud que sufrieron los caraqueños a las 4:30 de la madrugada del lunes 4 de mayo. No había información en los medios y a esa hora quién, si todos están durmiendo y los del Centro Sismológico o estarían en las mismas y ni siquiera habrían verificado científicamente el movimiento telúrico o no contestarían el teléfono. Funcionarios al fin y al cabo y como en Venezuela los temblores son esporádicos, quizás hasta se abrían ido por ahí. Pero eso, que podría quedar como una muestra de incompetencia de algún técnico del Centro en cuestión, fue pretexto para que el mandamás de Globovisión (Canal televisivo al que no se le renovará la concesión, por su permanente llamado a la desestabilización utilizando el espectro radioeléctrico que es patrimonio de todos) empezara a mezclarlo todo. Porque, según él, nadie informaba a la población y ésta se encontraba aterrada sin saber qué hacer porque el gobierno no decía nada. Es decir, que Chávez, como siempre, tenía la culpa. Si seguía temblando y se caía el Cerro Avila o el Teatro Teresa Carreño era porque a Chávez no le dio la gana de informar acerca del fulano temblor, o al revés, quién sabe. Absurdo de describir, casi ni puedo contarlo sin que parezca peor que un sueño por lo inconexo e ilógico de la situación. Ravell (presidente del canal golpista mencionado) no se quedó ahí, porque ya que el organismo nacional no informaba y él estaba “preocupadísimo por lo que pasaba o pasaría en el país” (ya no estaba ocurriendo nada, porque el temblor ya había sido, pero igual seguía incitando a la población a salir a la calle.) No tuvo más remedio que buscar la información en internet en una página gringa donde obtuvo el grado del sismo, réplicas, duración de éste, etc. Lo que olvidó, ups! convenientemente, es que ese portal norteamericano, recoge la información que le mandan los Centros Sismológicos de los distintos países, incluido el de Venezuela. Total, que el sismo se relaciona – retorcidamente - con la probable no renovación del contrato a Globovisión. Escándalo mundial. Chávez es un dictador totalitario. Pero esta es la única dictadura del planeta donde la gente hace lo que quiere, amenazas veladas o directas al presidente, incluidas. Los estudiantes universitarios de oposición – o, el sector más joven de la clase media, vocifera contra Chávez, pero sus instituciones reciben casi todo su presupuesto del Estado y no pagan un centavo por estudiar. Para colmo, la policía no los toca ni con el pétalo, para que no armen escándalo en los medios con que los están reprimiendo. Los colegios católicos son subsidiados por el Estado en un 80%, pero ahí andan los curas y los representantes, hablando en contra de ese hereje que no cree en nadie y que va a cerrar los colegios. Y los niñitos y niñitas, obedientes, salen – con la venia de sus padres - a las calles a protestar.

Este es un país, mas no una nación. Un montón de tribus, en coexistencia, dice un académico, donde la fractura la sufrió la clase media, pues un sector apoya al gobierno y otro, que se dijo de izquierda en el pasado, en la práctica, se fue dando cuenta que su forma y estilo de vida correspondían más bien al de la burguesía a la que aspiraban. Y viajan a Europa y aprovechan para criticar a Chávez donde les den tribuna y quejarse porque ya el país no les pertenece. Por ejemplo, en un canal de televisión española, escucho a una periodista venezolana decir que en los hospitales no hay ni jeringas. Y pienso, indignada, cuándo esa miserable ha entrado a un hospital!! Las campañas de vacunación llegan incluso hasta las casas. Contra la fiebre amarilla, bajaban a los pasajeros de los buses interurbanos y a vacunarse todos, se ha dicho!

Sin embargo, este es un país donde permanentemente todos y cada uno intenta violentar el orden establecido, las normas y leyes. Desde comerse una luz roja hasta evadir impuestos o aumentar los precios de los productos sin razón, como no sea para generar un aumento en la inflación y como el organismo encargado de controlar los precios no funciona mucho. Así, el aumento de sueldos decretado por Chávez, de un 30% - imagínense - es opacado por el aumento de los precios en un 20,30 y 40% al día siguiente. Los pañales de Emiliano, que un día cuestan 64 Bs.F a la semana siguiente están a 88 y 100 Bs.F.

Este es un país que se deconstruye y construye a cada rato, como un gen o un virus que muta y por tanto, no puede encontrársele la cura. Pero esa movilidad ha permitido que este “régimen” dure, porque, cómo cazarlo, destruirlo, si su más importante característica es, precisamente, la fragilidad de las estructuras del Estado, o mejor dicho, esa permeabilidad, esa flexibilidad que hacen posible tanto la existencia del modelo elegido por la mayoría, como la corrupción, algo que se remonta a los orígenes de este país, desde Bolívar y que campea hasta nuestros días. Es por eso que muchas instituciones “no funcionan”. Ese Estado que Chávez, el Vergatario, el Incansable, se empeña en armar, en apuntalar, como una fortaleza o una trinchera para la posteridad, para la historia. Y cada día se le ocurre algo nuevo, inventa una nueva palabra, una nueva estrategia, una nueva alianza, otra organización, otro orden, desde las provincias o estados y hasta un satélite o fábricas e industrias que darán al país su ansiada soberanía tecnológica o alimentaria. Total, este es el país de lo posible, donde todo está por hacerse y donde, cada día que pasa, ocurre algo entretenido. Sólo es cuestión de leer bien entre líneas y salir a la calle y aunque la oposición diga que está temblando o lloviendo o que el mundo se acaba, mil veces, al más puro estilo Goebbeliano, darse cuenta que no es cierto. Que a veces sí, hay tormentas, pero que pasan y después, sale el sol y Chávez está en alguna valla publicitaria de la carretera con un niño en brazos, riendo como si nada.

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Mirando Valparaíso desde el Cerro Cordillera, 2002

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Mi casa era el viento ululando por Valparaíso,/las luces de Quintero/los perros vagos deambulando por las calles.

En las alturas titeremundanas

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John Márquez tras la cámara y Rodrigo Acosta en la dirección del programa infantil Títere Mundachi.

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En el bosque titeremundano...

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Aunque algunos parezcan mutantes... Noo! Es Títere Mundachi

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Grabando en Mérida el programa infantil que dirige Rodrigo Acosta. Un montón de locos creativos con él a la cabeza han dado cuerpo a esta serie televisiva.

En pleno rodaje y con mucho frío.

Un felino porteño

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Personaje característico de las calles de Valparaíso, visto por Marcela Latoja.

La ciudad que se deshace lentamente.

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Siempre Valparaíso, por Marcela.

Subiendo hacia el Cerro Concepción.

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Los colores de la ciudad. By Alex Aguero.

Siempre presente... Allende.

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Bajando por Almirante Montt, hacia Plaza Aníbal Pinto. Otra foto de Alex Aguero.

En pleno Almendral, mi escuela.

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Escuela Ramón Barros Luco, Valparaíso. Es una construcción que data de 1926 y debe su diseño al arquitecto Alfredo Azancot. Conjuga diversos estilos y aunque ha sido modificada en su interior, aún conserva su misterio, como sus fantasmas, por ejemplo. Quienes estudiamos allí tenemos más de una historia al respecto.